“No sé qué me depare el futuro en términos económicos; me estoy asesorando en el tema. Esto no lo hice pensando en volverme rica, la pasión de mi vida ha sido el desarrollo de innovaciones y agradezco los premios, así como el reconocimiento, pero mi mayor logro es ser la mamá de Mateo y Daniel, de cinco y dos años, por quienes quise encontrar una forma de hacer las baterías menos peligrosas para el medio ambiente y, por ende, para la humanidad”, aclara Aparicio.
Las palabras anteriores fueron las de una mamá que solo quizo evitar más contaminación en el mundo, el mundo que les espera a sus hijos.
En 2008 inició su doctorado, también en física, cuyo proyecto de investigación fue la elaboración de una novedosa membrana intercambiadora de protones, compuesta de un polímero, un cerámico y la seda del hilo de la araña Nephila clavipes, que puede usarse en baterías de estado sólido recargables.
“Cuando se me ocurrió introducir hilo de araña a las membranas conductoras, no fue fácil, pues nadie daba crédito al uso de un material orgánico que se considera un desecho y es desagradable para muchos”, dice Aparicio, y agrega: “Yo sabía que en el mundo están tratando de replicar sintéticamente los principios del hilo de araña, sin mucho éxito por ahora”.
El resultado de su constancia y su capacidad de innovación fue el invento que compitió con otro centenar a nivel nacional y que le mereció los galardones hace una semana.
De acuerdo con la docente, el hilo de esta araña, reconocida por tejer una tela de color dorado, cuenta con excelentes propiedades mecánicas, “ya que es mucho más resistente que el acero y más flexible que el nailon, razón por la que es un excelente candidato para reemplazar los materiales usados hasta ahora en las baterías”, explica.
Por usar el hilo de araña para aumentar la vida útil de las baterías y hacerlas menos contaminantes, la investigadora ganó el premio de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.
Por ser la primera persona en el mundo que desarrolla un nuevo material sintético basado en la tela de una araña, el cual se aplica en la producción de baterías recargables para darles mayor rendimiento y volverlas amigables con el medio ambiente, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) declaró a Gladis Miriam Aparicio Rojas la mejor inventora del año.
Para sus experimentos, Aparicio tuvo que pedir permiso a la Corporación Autónoma Regional del Valle (CVC), la cual le permitió recolectar el tejido de la Nephila clavipes producido de forma natural. “No puedo manipular la especie, ni llenar un laboratorio de ejemplares para ‘ordeñarlos’. Tomamos sólo lo que nos permite la autoridad ambiental”, indica la investigadora.
Su descubrimiento tiene tal importancia que podría ser la respuesta a problemas cotidianos, como por ejemplo la poca duración de las pilas de varios electrodomésticos y, especialmente, de los celulares de Apple, los populares iPhone. Incluso se puede alargar la vida útil de las baterías que usan los carros. Todas son aplicaciones de su invento por las que grandes empresas están dispuestas a pagar, y ella es la propietaria de la patente.